Empecé el retiro con profundas ganas de encontrarme y de hablar con Dios. Quería hallar una respuesta para la infinidad de preguntas que rodeaban mi cabeza, y me hacían ver mi realidad un poco confusa. Ciertamente ahora creo que Dios nos conoce y es capaz de darnos lo que necesitamos. Yo en lo único que pensaba era en mis miedos, y al principio de este encuentro, juro que tuve infinitas ganas de salir huyendo, pero el diálogo y la relación con las otras chicas me hizo ver el retiro de forma diferente. Sostuvimos conversaciones varias, pero lo que más me agradó fue la sinceridad con la que todas hablábamos de esos temas.
Cada una buscó un evangelista con el que más se identificaba y de ellos teníamos que decir sus características y el porqué lo habíamos elegido, sin contar que luego tuvimos que buscar los textos de la resurrección y reflexionarlos, ese fue el primer momento.
La otra parte del retiro consistió en ver algunos textos de la resurrección y desde nuestro punto de vista, reflexionar, orar, escribir, pensar en lo que Dios nos decía con el mismo. A mí en lo personal me gustó mucho este momento porque solo nos encontrábamos Dios y yo y me sorprendió todo lo que aclaré con él a mi lado. Uno de los textos que más me hizo ver mi Vida y lo que estaba haciendo con ella fue el de los Discípulos de Emaús, porque cuando lo leímos en grupo enseguida nos saltó esta pregunta ¿Cuál es mi camino de Emaús? En ese instante no tuve respuesta para esta interrogante, pero al sentarme a solas con Dios si me hizo pensar muchísimo y en ese momento lo único que hice fue escribir. Ahora veo que lo que en esas hojas plasmé no es más que lo que sentía y siento y es algo que raras veces reconozco, por eso creo que vale la pena escribirlo para que así quede grabado en mí y en esas personas que están sintiendo lo mismo que yo. Lo que respondí fue esto:
Mi camino de Emaús es un poco complejo, es algo así como si estuviera enfrentando sola una tormenta en la mar. Lo digo porque cuando me pasa, las veces que me ha sucedido, me hundo, me ahogo en mis penas y sufrimientos sin contarle a nadie. Yo soy una persona muy sentimental y me hace mucho daño el ver a otros sufriendo, eso acaba conmigo. Para mí es algo muy difícil porque soy muy poco demostrativa y eso contradice en muchas cosas lo que siento, pero el tiempo me ha ido mostrando que hay que confiar, y darse cuenta de las cosas, pues puede que me pase como los discípulos de Emaús, tanto hablar del pasado, tanto recordarlo, que olvidaron vivir su presente, que en ese instante era Jesús Vivo y con muchas ganas de mostrarles su misión para con los hombres. No quiero que Jesús pase por mi Vida sin darme cuenta, quiero que Él mire la barca de mi Vida, me tome de la mano y sin pensarlo mucho diga: EMBARCATE CONMIGO. Cuando ese momento llegue quiero sentirlo, para poder hacer su voluntad. No tengo claro adonde me querrá llevar, pero sí es muy seguro que solo será a un lugar en donde yo sea feliz. Pues Él solo desea eso: NUESTRA VERDADERA FELICIDAD.
Es impresionante como momentos como estos te cambian la Vida, te hacen ver diferente. La experiencia de este retiro fue magnífica, nunca había sentido tanta felicidad al compartir con jóvenes como yo, sentimientos como estos, nunca pensé que tuviera alguna vez la oportunidad ser yo misma sin ocultar ni cambiar nada en mi persona. Dios conoce nuestros pesares y nuestros miedos, pero también sabe que tenemos actitudes y valores que contraponen todo esto, solo nos hace falta un empujoncito, y para eso está Él, por eso nunca nos deja solos, aunque a veces se oculte para dejarnos actuar a nosotros.
¡¡Gracias Señor por esta bella experiencia!!
(Yuldri - Santiago de Cuba)
No hay comentarios:
Publicar un comentario